jueves, 1 de septiembre de 2016

La Política Europea de Seguridad y Defensa



Intervención en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, el día 24 de agosto de 2016. 
Organizado por el Movimiento Europeo, sobre la Política Europea de Seguridad y Defensa, PESD.

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La resolución del PE de 21 de mayo de 2015 que la organización de este evento nos ha hecho llegar me recuerda a los cahiers des doleances o cuadernos de quejas que tan famosos se hicieron a lo largo de la Revolución Francesa, aunque su origen fuera anterior a esta.

El Parlamento Europeo, carente de competencias para ordenar la acción exterior y de seguridad y defensa, es, sin embargo, una instancia que vela por los intereses generales europeos y establece unos vectores por los que debería discurrir la política de la Unión en estos y cualesquiera otros ámbitos. Se podría decir que, cuanto menos responsable se es de lo que ocurre más justa es la definición que se hace de los acontecimientos.

Y por eso el PE es muy creíble en ese tipo de resoluciones. Y no deja por ello de resultar más objetivo que en otras, teniendo en cuenta que en sus propuestas participan todos los grupos parlamentarios y a todos los grupos se les aceptan sus enmiendas si estás pretenden mejorar el texto, en el procedimiento de trabajo cooperativo que es el habitual en las sesiones de Estrasburgo.

Por lo tanto, un compendio de quejas, pero no por ello menos adecuado.

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La idea de la política común de seguridad y de defensa se remonta a 1948. Y establece que:
  • Los países de la UE deben poner sus capacidades civiles y militares a disposición de la UE.
  • Subraya la armonización de las necesidades operativas de los países de la UE a través de la noción de un «aprovechamiento común y compartido» de las capacidades militares.
  • Pide el establecimiento de objetivos comunes para los países de la UE en términos de capacidad militar;
  • Reclama la introducción y gestión de programas con el fin de alcanzar los objetivos establecidos;
  • Promueve la gestión de las actividades de investigación de tecnología de defensa (veintidós áreas prioritarias, incluyendo hardware electrónico, sistemas antiminas terrestres y protección física);
  • Exige el fortalecimiento de la base industrial y tecnológica del sector de la defensa,
Además de todo esto, la PESD considera necesaria:
  • La mejora de la eficacia del gasto militar.
  • La cooperación estructurada permanente en defensa (CEP) .
La UE puede utilizar medios civiles y militares fuera de la UE para el mantenimiento de la paz, la prevención de conflictos y el fortalecimiento de la seguridad internacional. Los tipos de misiones que se pueden llevar a cabo en el ámbito de la PCSD son:
  • misiones humanitarias y de rescate,
  • prevención de conflictos,
  • misiones en las que intervengan fuerzas de combate para la gestión de crisis,
  • actuaciones conjuntas en materia de desarme,
  • misiones de asesoramiento y asistencia en cuestiones militares, y
  • tareas de estabilización al término de los conflictos.

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Una larga lista de acciones que duermen el sueño de los justos debido a su concreción más que escasa. Ya que, si volvemos a la resolución citada, el PE: 

1. Considera que el entorno de seguridad de la UE y los países vecinos orientales y meridionales es cada vez más inestable y volátil. Constata la reorientación de los EE.UU. hacia Asia-Pacífico y toma en consideración las consecuencias de la crisis financiera sobre los presupuestos y las capacidades de defensa de los Estados miembros no hacen sino acrecentar la necesidad de que la Unión y sus Estados miembros asuman más responsabilidades. 

2. Considera que el nivel actual de inseguridad en las fronteras y en las inmediaciones de la UE es inédito. Advierte su preocupación por el hecho de que la Unión no esté en condiciones de actuar de forma conjunta y decisiva frente a cada una de esas amenazas y con demasiada frecuencia deba limitarse a confiar en las iniciativas de uno o varios Estados miembros o en alianzas ad hoc en las que desempeña un papel marginal o de apoyo; 

3. Pide vincularlas mejor con los instrumentos de asuntos exteriores, la asistencia humanitaria y la política de desarrollo de la UE. Pone de manifiesto la necesidad de la lucha contra el terrorismo, la delincuencia organizada, la ciberdefensa y la migración, bajo el liderazgo de la VP/AR; 

4. Lamenta que el impulso político de 2013 no se haya traducido en una cooperación reforzada y en la aplicación efectiva y rápida de medidas concretas a la altura de las ambiciones declaradas; estima que, en la actualidad, la Unión apenas dispone de los medios necesarios, ya sea a nivel operativo, industrial o de capacidad, para contribuir de forma decisiva a la prevención y la gestión de las crisis internacionales ni para afirmar su propia autonomía estratégica y sus propios intereses estratégicos en consonancia con los valores y normas recogidos en el artículo 21 del Tratado de Lisboa; pide a los Estados miembros que concreticen urgentemente medidas concretas;

(El artículo 21 del Tratado, que establece los principios y los medios en que se concreta la actuación internacional de la UE, que lamentablemente no ha pasado de ser una declaración general).

5. Manifiesta su preocupación por el hecho de que las últimas operaciones civiles y militares de la PCSD sigan adoleciendo de deficiencias estructurales que se conocen desde hace años, como la falta de eficacia en la reacción inmediata ante acciones civiles y militares, procesos de toma de decisiones largos y rígidos, necesidad de mayor solidaridad entre los Estados miembros en la financiación de las misiones, inadecuación de los mandatos de las misiones a su entorno operativo, restricciones presupuestarias, problemas de generación de fuerza, insuficiente capacidad de reacción logística y falta de medios financieros; 

6. Considera que la cuestión de la financiación de las misiones y operaciones de la PCSD es una cuestión no resuelta.

7. Anima a que se realicen esfuerzos adicionales para acelerar la financiación de misiones civiles y simplificar los procesos de toma de decisiones y la aplicación

8. Hace hincapié en que la contribución de la UE en materia de seguridad internacional, gestión de crisis y mantenimiento de la paz, mediante las misiones y las operaciones civiles y militares de la UE, es un componente importante del enfoque integral adoptado por la UE; observa que, demasiado a menudo, las misiones civiles y militares lanzadas por la UE desde 2009 se han concebido para dar visibilidad a la Unión ante una crisis, y no como un instrumento estratégico resultante de un análisis y una planificación detenidos; 

9. Lamenta los problemas persistentes de generación de fuerza experimentados con ocasión del lanzamiento de las misiones militares; observa que, si se exceptúa la EUTM Mali, que cuenta con la contribución efectiva de veintitrés Estados miembros, en todas las operaciones militares en curso de la Unión solo intervienen seis Estados miembros

Industria de la defensa 

Conclusiones

i.            Europa es un proyecto incapaz de gestionar más de una crisis a la vez. Y ahora las tiene casi todas: inmigracion, inestabilidad en sus fronteras este y sur, guerras, consolidación interna después del Brexit y de otros exits que se podrían vislumbrar en el horizonte... Pero estas crisis son también una oportunidad.
ii.            Se ha avanzado muy poco desde 2013 o 2015.
iii.           Solo algunos países han avanzado en la integración de estas políticas. Aún estamos muy lejos de una política exterior y de seguridad comunes.
iv.           EE UU ha virado en sus preocupaciones: hacia Asia-Pacífico. No es este el momento de hacer un análisis de la estrategia exterior de la Administración Obama, pero tengo por cierto que ha replanteado su atención respecto de los focos principales de preocupación de sus aliados europeos, centrados ahora en las consecuencias de la llamada primavera árabe (guerra civil en Siria, estado aún inexistente en en Libia...)
v.            La lucha contra el terrorismo se ha convertido en una de las grandes preocupaciones de la UE. En la que apenas hemos avanzado algo desde el punto de vista de compartir información y establecer servicios de inteligencia compartidos o comunes.
vi.           Las operaciones exteriores no son eficaces y nuestra reacción es lenta.
vii.          Se advierte de las dificultades financieras para poner en marcha una verdadera política común exterior y de seguridad.
viii.         Hay un aspecto de visibilidad de la UE en sus operaciones exteriores, que tiene poco que ver con la eficacia de su acción.
ix.           No existe una industria europea de defensa.
x.            Estamos lejos de una integración a 27 países (dando por descontada la salida de RU).

Por no hablar de los valores en la acción exterior europea que proclama el artículo 21 del Tratado: no hay acción exterior, tampoco valores en la limitada acción exterior que eventualmente podamos protagonizar.

Pero hagamos de la necesidad virtud, y convirtamos los cuadernos de quejas en acciones positivas.

Quizás el espíritu de Ventotene —en el que España no ha estado presente— alumbre un camino positivo para Bratislava. España, como país europeo y europeísta debería estar presente en la sala de máquinas y no en el vagón de cola.

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